lunes, 11 de marzo de 2019

«Sorry Mario, but the princess is in another castle»

Hola de nuevo a todos. Hoy quisiera hablaros de un juego de mesa que me sorprendió encontrar en una de estas tiendas donde la gente vende aquello que ya no quiere. Entre juegos de mesa de dudosa entereza, di con uno que, la verdad, no os vais a creer que existió. ¿Os acordáis de cierto gorila con mala leche que le daba por capturar a la chica de turno, subirla hasta un andamiaje muy poco sujeto y que, a base de saltar, lo estropeaba para que no nos fuera sencillo escalar y rescatarla? Sí, hablo del Donkey Kong, pero no del Donkey Kong Country, ese fantástico videojuego para super nintendo, no. Hablo del juego de mesa de la primera recreativa de Mario. 
Porque sí, antes de que Mario y Luigi comenzaran a corretear por el mundo champiñón en busca de una princesa con apellido de fruta aterciopelada, tuvo que escalar andamios, esquivar barriles y bolas de fuego.
Por lo que, allá por 1982, a MB se le ocurrió sacar la tan aclamada recreativa en juego de mesa.
Donkey kong en todo su esplendor, queridos lectores.
caja_donkey_kong
La caja del Donkey Kong
pantalla_DK
El videojuego Donkey Kong
Como es habitual, hablemos un poco de dónde viene este juego. Para todos aquellos que no lo sepáis, Donkey Kong era un videojuego de recreativa, es decir, había que meter dinero para echar una partida, que tuvo mucho éxito en los años 80 del siglo pasado. En esta recreativa de plataformas, manejábamos a «jumpman», un muñequito que recordaba a un fontanero con su bigote y todo. Gorra. Bigote, un mono rojo y una camiseta de color azul. ¿Os suena? Sí, exacto, hablo de Mario, en su primera encarnación en el universo digital. 
La premisa del videojuego era sencilla: Jumpman, es decir, nosotros, debíamos escalar por vigas y escaleras evitando bolas de fuego y barriles que Donkey Kong lanzaba con muy mala uva. Como útiles para lograr nuestro objetivo teníamos la capacidad de salto del jumpman (que sí, que significa «hombre saltarín») y un mazo que duraba un tiempo antes de desaparecer. Cada vez que saltábamos un barril go lo destruíamos con el mazo ganábamos puntos. Al final, si lográbamos llegar arriba del todo y «tocar» a la dama en apuros pasábamos el nivel y ganábamos 500 puntos más.
Aunque de premisa y sencilla mecánica, el juego no era nada fácil y perder vidas era algo más que habitual. 

EL JUEGO DE MESA

La premisa del juego de mesa es más o menos la misma que la del videojuego salvo porque el nivel siempre es el mismo. Como jugadores «Mario», aquí el juego de mesa ya adaptó el nombre final del «jumpman», nombre que le pondrían en honor al responsable en USA de Nintendo Mario Segale, que al parecer, se le parecía mucho (sigh).

Como decía, en este juego de mesa deberemos ir moviendo a Mario por el tablero usando una tirada de dado. Podremos subir por las escaleras o por los bordes. Para defendernos, tendremos un sistema de cartas con dos opciones: Saltar o Mazo. Mientras que el salto evita el barril, el mazo lo manda de nuevo a Donkey Kong. Si se llega hasta la última casilla, arriba del todo, se ganan automáticamente 500 puntos.

El que más puntos obtenga, jugando cartas se entiende, gana la partida (independientemente de que haya llegado arriba o no).

LOS MATERIALES

tablero:Dk
El tablero del DK
Nos encontramos ante un juego de los 80. Por ello, casi todo es cartón, salvo unas pocas cosas. Tanto las fichas de Mario, como los barriles, como los fogonazos y el propio Donkey son de un plástico muy decente (y tanto, que estamos en 2019 y el juego está prácticamente perfecto). Unas cartas pequeñas, tamaño americano, plastificadas (están dobladas y una incluso parece algo quemada, pero están bien, no están despegadas como ocurre con algunas más modernas).
El tablero se compone de dos secciones plegables de cartón con una lámina impresa y pegada encima, muy típico de la época, que representa el tablero. 

Trae un manual, impreso en escala de grises, con las instrucciones en varios idiomas diferentes, entre ellos el castellano, bastante rápido de leer y que no deja muchos cabos sueltos. Aunque simple, contiene algunos elementos que claramente necesitan ser bien explicados, como son, el movimiento de los barriles y de los fogonazos.

Mención a parte se merece la figura del propio Donkey Kong. En realidad no es una figura en si misma, si no una especie de tobogán por el que se deslizan los barriles y se colocan, de pie, en la casilla de salida existente para ellos. Para lograrlo, la figura se sirve de un brazo móvil bajo el principio de un cargador de pistola (entendiendo que el barril es la bala y el brazo el cañón). Cuando bajas el brazo, baja el barril. Eso sí, a veces se encasquilla. El barril no entra de lado, si no que se voltea y queda vertical, lo que impide que el brazo baje y el barril se deslice. Toca andar tocando con el dedo para darle la vuelta. Pasa poco, pero pasa.
Donkey_Mario
Donkey Kong y «los Mario»
Como se puede apreciar en las imágenes que he subido, el juego se basa mucho en pegatinas para representar diferentes cosas. Es aquí donde le pondría un punto negativo al juego en cuanto a los materiales. Las pegatinas se han ido despegando y en muchos casos se han caído (aunque tengo alguna aún en su caja) y se han doblado por el paso del tiempo. En lo demás, ninguna queja.

Los dados son de madera con los bordes redondeados. Están serigrafiados con números del uno al seis. El dado rojo es para mover el peón de Mario y el blanco para los barriles y los fogonazos. El dado blanco tiene el número uno cambiado por el rostro de Donkey.

LAS REGLAS

Y entramos en la última parte de la reseña. Las reglas del juego. Como siempre haré un pequeño resumen.
fogonazos
Los fogonazos listos para salir

El juego se basa en turnos. En cada turno, el jugador lanza simultáneamente ambos dados. Primero mueve a su Mario usando el dado rojo y después mueve los barriles desde el primero (el que está más abajo en el tablero) hasta el último. Si ya han salido los fogonazos (cuando un barril llega al final del recorrido), estos mueven primero. Cuando se han movido, Donkey baja el brazo y saca otro barril.
Si en el dado blanco sale el rostro de Donkey los barriles, fogonazos y Donkey no hacen nada.
Cuando un barril o un jugador coinciden en una casilla, los jugadores pueden jugar una de las tres cartas que reciben al principio de la partida. La colocan baca abajo en el tablero. Las cartas sin jugar se mantienen boca arriba.
Los puntos rojos en el tablero representan la zona donde los jugadores pueden conseguir una carta del mazo de cartas.
Los puntos negros es donde comienzan los barriles ya colocados sobre el tablero.
Y poco más.
El juego es entretenido y simple. Da para un par de partidas. No permite «putear» a otros jugadores por lo que es más bien una carrera para ver quién hace más puntos.

Y eso es todo. Espero que os haya resultado curioso. Nos leemos en otra entrada de un juego nuevo o viejo de los que tengo por aquí.